Estamos finalizando el primer mes del año 2018. Describir una elipse durante 365 días. Otra vuelta más a esta estrella que nos da vida, ese centro visible en el firmamento.
Otro año que empieza y otro año que debemos cumplimentar realizando todos aquellos servicios a los que nuestra experiencia y profesión nos capacitan.
Acabamos el 2017 realizando calendarios, anuarios y catálogos escolares, amén de otros productos inherentes a las Artes Gráficas, y por supuesto celebramos la Navidad en familia, porque la familia da sentido a nuestra vida, nos motiva para luchar cada día por el bienestar propio y el de los que están a nuestro lado.
Así que entre risas y viandas, el 2017 queda ya tan sólo como recuerdo de un año superado, un tiempo que sólo quedara en nuestra memoria, y en las obras que realizamos a la largo del transcurso de ese viaje hacia el punto de partida de la elíptica al que acostumbramos a llamar año.
2018 es un reto: de nosotros, y de las circunstancias que nos envuelven, depende que sea un año próspero, innovador, creativo, ingenioso, divertido, y sobre todo, que hagamos que nuestra sociedad sea un poco mejor, un poco más humana, más solidaria, mejor para todos, menos egoísta, más consciente del planeta que habitamos y más consciente de todas las carencias a las que muchos de nuestros congéneres se ven abocados.
Trabajemos con ilusión, con ahínco, con rigor, con amor; trabajar no es tan solo cumplir las órdenes que recibimos o llenar cada mes la nevera y pagar las facturas, o derrochar la riqueza obtenida en deslumbrantes artículos de consumo para envidia del vecino; esa actitud es un tanto pueril, y como individuos pertenecientes a Europa, buque insignia de la civilización, empecemos a ser maduros y empáticos, y cumplamos de una vez la tarea que nos queda pendiente.
Hemos repetido durante siglos el mismo esquema, riqueza y pobreza, que nos ha costado violentos conflictos a lo largo de la historia. Es hora de que mejoremos de verdad, como personas, y como especie.
Porque todos los habitantes del planeta son nuestra familia. ¿O no?
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